miércoles, 20 de junio de 2007

Y ya van cincuenta (Día 50)

A las siete y media de la mañana me desperté como un hombre nuevo. Me vestí y eso y bajé para tomarme en desayuno de los campeones (cereales varios). Aunque antes de ello la señora me echó una reprimenda a cuenta de la pizza que traje conmigo (una que Rocío llevó a la cena del hotel y que no se hizo), y yo le dije que "ce soir", pero ella prosiguió, aunque creo que relataba por otras cosas, pero como yo no la entendí no le hice mucho caso, la verdad.

En las prácticas proseguí con la susodicha Web, le di ciertos retoques a todas las páginas y Schatz me pasó algo de material nuevo, o sea que ya le queda menos (aunque el menú vuelve a dar por culo).

Antes de almorzar me topé con Carlos con el que estuve compartiendo impresiones unos instantes. Comí panceta con papas fritas.

La jornada de tarde transcurrió bien, un poco aburrido al final, pero podría haber sido peor. Ah, Cheng, un compañero de despacho, ya es doctor, eso fue algo que me alegró, ya que es un buen tipo.

A las cinco y algo pille el tranvía, llegué a casa y me duché. Dentro de unos minutos como y después he quedado con Carlos para ir al barco mejicano.

En la cena Mme. Dambrine se disculpó conmigo por lo de la pizza de por la mañana, y yo, como buen caballero, las acepté (eso y porque no entendí ni papa). Cenamos pasta (por si interesa a alguien).

Tras la cena partí con la compañía de Toufik y las dos portuguesas, éstos se quedaron a tomarse un café por los alrededores del Gran Teatro, mientras que yo cogí un tranvía dirección Hotel de Ville, donde esperaban los dos Carlos mientras hablaban con unos marineros mejicanos.

Nos dirigimos caminando a pie hasta el río, donde los Carlos compraron un par de cervezas, y allí nos quedamos conversando y observando a los paseantes y a las cada vez más oscuras nubes. Pero no fue agua lo que cayó, sino rayos, pues allá en el cielo Zeus estaba haciendo de las suyas, tirando rayos de acá para allá, y lo cierto es que era un espectáculo fantástico, muy bello.

A las once y cuarto me fui de allí, mientras que mis dos compañeros prefirieron quedarse un rato más, de hecho se compraron una botella de vino con la que seguro pasarán una romántica velada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ma jour du lundi:

Bueno, voy a hablar sobre todo de esa noche despues de que se marchara Raul, porque sobre el dia de trabajo del lunes no hay mucho que contar, fue una dia normal ... lo que no fue normal, fue la noche ...

Despues de se fuera Raul, Carlos al cuadrado, decidimos acercarnos al barco a saludar a los Mexicanos, que para eso habiamos ido alli, y cual fue nuestra sorpresa al ver que en la puerta, vestido de uniforme, estaba Paco Loco, el cual nos saludo efusivamente y se alegro mucho de vernos, porque estaba alli recibiendo a las visitas (todos podian entrar menos los borrachos) y como no habla nada de frances, lo estaba pasando un poco mal, asi que, Carlos y yo, nos pusimos a recibir las visitas con el, mientras bebiamos vino (Paco no, porque estaba de servicio), esperabamos a Rochio y nos fumabamos un Cohiba de esos que nuestro amigo Paco, siempre esta dispuesto a ofrecernos.

Durante la espera, nos dio tiempo a subir a ver el barco y a traducirle a Paco lo que nos decia un seguridad de parte del responsable del puerto (que lo que decia esque habia que cortar las visitas y apagar la musica, seran aguafiestas ...)

Bueno, cuando llego Rochio, nos fuimos para ver si podiamos coger el S2, pero sabiamos que lo mas probable, era que tuvieramos que ir andando, y tras preguntar, nuestros temores se hicieron realidad, habia que andar ... y andamos y andamos, y andamos, y andamos y se nos cruzo el bus, y no paro, asi que andamos y andamos ... y hicimos auto-stop, y se nos paro uno de cada 50 coches, uno para decirnos, que se pensaban que llevaban el otro coche, y el otro un chico negro, de no se donde, que nos llevo durante 5 minutos y nos quito de andar 20 :D
Finalmente, desde donde nos dejo nuestro efimero amigo, andamos un rato mas, y donde se separaban nuestros caminos, decidi fumarme un cigarro para echarle valor al poco tiempo que me quedaba por caminar. El camino fue de unas 2 horas aproximadamente, y sin agua.

Una vez llegue a casa, me tire en plancha en la cama y me eche a dormir. Y eso fue todo.

Saludos, Carlos.