domingo, 3 de junio de 2007

Un sábado tranquilo (Día 34)

Hoy se ha producido un punto de inflexión desde el comienzo de nuestra estancia en Burdeos, podríamos decir que hemos atado "el nudo gordiano de la historia", Carlos, dando un salto cualitativo (que no quiere decir que lo haya hecho saltando), se ha decidido no sólo a lavar su ropa, la cual tenía amontonada en varias bolsas en un rincón, sino también a ordenar el armario.

Las nubes, al fin, ya no dominan por completo el cielo y durante la mayor parte del día el sol daba calor a nuestros viejos huesos...

A las diez y media me levanté, y comencé a preparar las cosas para el petit dejeuner, desperté a Carlos, quien en relativamente poco tiempo se espabiló y llamé a Sandra para que se fuera despertando (estaba dormida -o eso dijo Salma-, y eran las once, la muy floja).

Aprés del desayuno fuimos Carlos y yo al Auchan, Sandra no fue porque tenía el gemelo dolorido (probablemente era una excusa para poder estar sentadita, jejejej). No nos distrajimos mucho con la compra, fuimos directos a lo que nos interesaba y volvimos bastante rápido al hotel, donde Sandra comenzaba a realizar los preparativos para el almuerzo. Éste consistió en hamburguesas en salsa, acompañadas por unas cuantas patatas fritas y una ensalada.

Después de la comida... ya ni me acuerdo qué hicimos... voy a preguntar a Carlos. Ya sé, yo fregué los platos mientras que Carlos y Sandra no hacían nada en especial, y tras ello nos fuimos (Carlos et moi) con Toufik a lavar la ropa en la video-laverie, que dejó más de una camisa con olor a sudor (y detergente se le echó bastante, Carlos tres vasos, y también suavizante).

Una vez la ropa estuvo medio seca las metimos en las bolsas y volvimos a nuestra estancia, donde Carlos, como he dicho más arriba, ¡ordenó el armario! Yo me conecté y Sandra también...

Por la noche no salimos como en un principio pensábamos hacer, pero sí nos hicimos un par de sandwiches para cenar y vimos una película humorística, tras una pelea de almohadas nos acostamos en nuestras respectivas camas, aunque a alguno le tocó escuchar, con creciente sueño, un monólogo de su compañero durante un muy buen rato... :-)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Emmmmm...

Pues si Carlos ordenó la habitación, quizás estaría mejor deci que "limpió los estadios de aurigas".

Magnífico, sensacional, ¡brutal!