martes, 5 de junio de 2007

Fluyan mis lagrimas, dijo Carlos cuando probó la cena (Día 36)

El sol, como suele ocurrir, debió aparecer por el este, pero nosotros no nos enteramos, pues somos unos chicos listos y bajamos la persiana a más no poder para que ningún rayo del díos Helios nos molestara. Mas en este caso daba lo mismo, pues amaneció nublado...

Después de tomar el desayuno de los campeones nos dirigimos con paso brioso hasta nuestro destino, ¿que cuál es dicho destino? Pues en el caso de Sandra la parada es Forum, mientras en caso de Carlos y el que escribe estas poco ilustres palabras en Doyen Brus.

El día transcurrió, simple y llanamente, transcurrió, y es que estaba más solo que la una, ya que mis "compañeros de laboratorio" están en un pueblo perdido realizando un seminario (mañana, martes, también estarán por ahí). Así que dediqué todo el día (aproximadamente) a ponerme con el Dreamweaver 8 a hacer cositas, o sea, a experimentar cómo iba y demás... aunque a veces me desesperaba, y es que tener que volver que hacer el mismo trabajo aunque de distinta forma me jode un poco, y además hasta ahora no he encontrado un curso en Internet que muestre lo que yo quiero, que es simplemente cómo demonios hago un diseño bonito, que lo demás más o menos me lo sé.

La comida fue solitaria, sí, tanto el mejicano como el argentino, así como el francés y el hindú no están... Por cierto, la comida consistió en espaguetis y un muslo de pollo, muy bueno.

A la hora de la salida diluviaba, sí, llovía con fuerza, y tuvimos que correr un poco para no mojarnos mucho y coger el tranvía, rápidos como guepardos alcanzamos a nuestra presa y nos sobró tiempo. Sandra nos hizo compañía cuando llegamos a su parada, y también nos acompañó al Auchan (tenía que comprar ella también cosas). Una vez realizadas las compras (durante las cuales Carlos y Sandra aprovecharon para probar perfumes), nos fuimos, como no, a nuestro dulce hogar, donde nos aseamos y descansamos del fatigado día de trabajo.

La cena es algo que es inevitable reseñar, sobre todo teniendo en cuenta las connotaciones cuasi místicos-religiosas que alcanzó ésta (para que luego se queje el chef de lo que pongo); y es que nuestro compañero Carlitos cocinó unos macarrones con beicon (que es lo mismo que bacón), champiñones y huevos, totalmente divinos. Sí, yo si fuera su madre tomaba nota y lo ponía a cocinar esto mismo en cuanto regresara a España. Va a ser que además de experto en cocina precocinada también sabe hacer otras cosas (jejejej, que no, que la pasta la suele hacer bien).

Tras la cena terminamos de ver Resident Evil Apocalypse (comenzamos a verla mientras cocinábamos) y en mi caso dediqué un rato para actualizar el blog con la entrada del día, y ahora dentro de un ratillo voy a coger la cama por delante y no la voy a soltar hasta mañana.

2 comentarios:

Melu dijo...

Hola,

Por lo que veo seguís aprovechando el tiempo muy bien.

Me encanta leer tu blog, lo haces muy entretenido.

¿Le dirás a Sandra que ya queda menos para Palmones?

Un saludo ;)

Fuensanta dijo...

Tomada buena nota de los macarrones, ya mismo me pongo a hacer la lista de la compra.Besitos.
P:D: Sandra acuérdate de obligar a mi hijo a lo de los bolillos