miércoles, 27 de junio de 2007

Esto ya se acabó (Día 56)

Y llegó el día que tanto esperaban y no esperaban algunas, el día que yo, personalmente, no deseaba aún que viniera a mi encuentro... Pero las fechas son inamovibles, y los días pasan y se van acercando irremisiblemente, y como diría el Agente Smith: "Es inevitable".




Sobre las cinco me levanté (a pesar de haber puesto el despertador a menos cuarto), me vestí más rápido que una gacela (cosa que no tiene mucho sentido, porque las gacelas suelen ir desnudas) y bajé para tomar el último petit dejeuner en casa de nuestra querida Mme. Dambrine. Allí estaban, alrededor de la mesa, Toufik, Sandra (de Córdoba) y Rocío (éstas dos últimas acababan de llegar), que desayunaban ávidamente.

El taxi fue puntual, a las cinco y media llegó, y entonces nos despedimos, esta vez sí, de Rocío, que al final con todo el jaleo que ha tenido la pobre ha sido ella la que se ha quedado; y bueno, soltó lágrimas, pero espero que los chinos que nos van a sustituir a Toufik y a mi sean chinos gaditanos y ya se arregla todo ;-).

El tipo del taxi no parecía precisamente amable, yo no entendí prácticamente nada de lo que habló con mi compañero, pero su tono no me parecía bueno... Recogimos a Sandra por el camino y pronto llegamos al aeropuerto y tras nosotros lo hicieron los forestales, y más tarde los dos Carlos y Salma.

Bueno, la historia de los dos Carlos se merece un capítulo aparte, pero eso es algo que yo no voy a hacer, puesto que no estuve con ellos para contarlo de primera mano (así que ya sabes, Carlos, al lío), pero sí que os daré un resumen de sus aventuras.

Una vez nos separamos por la madrugada fueron al "Safari", y allí se quedaron hasta las cuatro por ahí, y fueron en busca de un taxi... y no lo encontraron (y se hartaron de correr buscando). Mas Carlos Google tiene muchos recursos y le pidió a uno que lo llevara hasta Merignac por veinte euros, y el tipo aceptó un poco a regañadientes. Ya allí (creo) Carlos Rojo tuvo que pedir desesperadamente a otro individuo que lo llevara hasta su hogar ("Je suis desesperer", dijo), y el hombre que fue bueno así lo hizo. Mientras tanto Salma hacia tiempo para que el taxista no se fuera sin nuestro amigo... y así fue.

Bueno, ya en el aeropuerto, y tras una corta espera, fuimos embarcando las maletas. Yo tenía diecinueve kilos, Toufik veinte, Sandra muchos, pero como los tenía en maletas distintas se libró de pagar, y Carlos... Carlos tenía demasiado, y tuvo que pagar una cifra considerable por el sobrepeso. Fue el único que lo hizo.

El vuelo Burdeos-Madrid fue tranquilo, sin complicaciones aparte de lo de nuestro camarada, además nos sirvieron un petit, aunque sabroso, desayuno. En barajas, y para no variar, el vuelo se retrasó por algún motivo, pero salimos vivos de allí. Este vuelo, Madrid-Málaga, también fue tranquilo, tan tranquilo que gran parte del personal echó más que una cabezadita. Ya en Málaga nuestras maletas tardaron como que un ratillo en salir, pero lo hicieron, y una vez todos tuvimos nuestros respectivos equipajes nos despedimos y nos deseamos suerte y nos abrazos con cariño y ternura, y bueno, espero de verás que la vaya bien a todo el personal, así que un saludo a: Toufik, Salma, Rubén, Carlos Google, David, Francis y Antonio (a Sandra y a Carlos no le mando nada, ya que se lo daré yo mismo).

Bueno, y al salir por la puertecita allí estaban los familiares del personal (aunque no los míos), nos saludamos y tal y tras un ratillo (y una vez nos despedirnos de Salma), nos dirigimos a los vehículos, aunque antes de ello nos despedimos de Sandra y su familia. Y yo me fui avec Carlos y sus padres, que me llevarían a mi querido (aunque no añorado) pueblo, y con los que almorzaríamos en ma maison pollo asado.



Y, bueno, aquí no se acaba la historia, pues al menos una entrada (especial) más va a ser publicada en este blog, y tras ella aquí permanecerá hasta que los de Blogger quieran, por lo que cada vez que queráis "revivir" nuestras alegres peripecias no tenéis más que sumergiros en las palabras que un servidor a escrito lo mejor que ha podido o le ha permitido el tiempo, y desde luego que espero que la lectura de este blog os haya aportado momentos divertidos. Así que daros las gracias por vuestra fidelidad, y mandar un especial saludo a nuestras familias y compañeros de clase.


Hasta muy pronto.

Le dernier jour, le dernier nuit (Día 55)

A eso de las una y media las sábanas (aunque no tenga) se despegaron de mi piel, y me levanté. Di un toque a Sandra para que tuviera conocimiento de este hecho y desayuné un poco. Tras ello me puse a actualizar alguna cosilla en el blog y a navegar, haciendo tiempo de esta forma para el toque que debía darme Sandra... pero no recibí ninguno, de hecho me llamó ya algo tarde (al parecer me había dado toques, pero yo no recibí ni uno), y ya quedamos en la Quinconces. Y allí estaba Sandra, con su nueva hermana inglesa y una amiga de ésta, aunque no estuve mucho tiempo disfrutando de su compañía, puesto que nosotros íbamos a comer, mientras que ellas no querían hacerlo porque habían quedado con unos conocidos para manger más tarde, por lo que las dejamos en Jardin Public para que visitaran aquello y nosotros proseguimos calle abajo para buscar un lugar donde llevarnos algo al estómago. Tras un primer intento nos dirigimos a otro kebab, donde nos pedimos una hamburguesa acompañada con una bebida llamada Oasis (bastante buena); y nos fuimos con los bocatas bajo el sobaco (para mantenerlos calientes -_-) hacia el Jardin Public, donde nos sentamos en un banco frente al "río" y tuvimos otro momento romántico. Después le echamos pan a los patos (usamos la barra que me dio Jill el domingo de la comida con los compis de prácticas) y nos sentamos en el césped a meditar. Allí estuvimos un buen rato apalancados, y luego nos movimos de lugar para dar un paseo y buscar una fuente (aunque antes de ello hicimos una parada estratégica en un banco -de esos de sentarse- y nos hicimos unas fotos cuyo fondo era una pareja de novios recién casados haciéndose un reportaje). Una vez encontramos la fuente y bebimos nos tendimos en el césped de nuevo y, entre otras cosas, observamos como una garza se zampaba un pez, y no uno que le había echado alguien, sino uno que pescó con el pico... fue genial.

Pasado un buen rato tiramos para ma maison, ya que Sandra no tenía pensamiento de salir por la noche, y por lo tanto no tendría otra oportunidad de despedirse de Rocío. Lo hizo, y las lagrimillas de más de una saltaron traviésamente de sus ojos. Una vez se hubo concluido tal triste momento acompañé a Sandra un poco (para que no se perdiera) y tras ello creo recordar que actualicé el blog y me duché. Cuando terminé de ducharme bajé al salón y allí no había nadie, o sea, que Toufik, las portuguesas, Rocío y Sandra de Córdoba se habían largado; supuse entonces que se habían ido a la Quinconces, mas preferí esperar arriba mientras preparaba un poco la maleta, no había terminado de ello y recibí un mensaje de Carlos diciéndome que me esperaban en el lugar que ya imaginé, por lo que tiré para allá.

Allí, aparentemente, no había nadie, no obstante me senté en la parada del Tram B a esperar, y al rato aparecieron Carlos, Ludivine y Salma. Desconcertado, mi rojo compañero llamó a Rocío o Toufik, y ellos ya informaron que se encontraban en la parada del Tram C. Y en verdad allí estaban, al otro lado del edificio de los tranvías, y pillamos el primero que apareció y nos bajamos donde dijeron las portuguesas, que eran las que sabían a dónde íbamos. Y nos dirigimos a un restaurante llamado "Restaurant Chez Fidel", donde además de harterse mis compañeros de vino, comimos. Casi todos nos pedimos entrecot, un filetón todo grande, aunque le faltaba unos minutillos más en el fuego, pues algunas partes eran más bien chicle. Ah, los asistentes a la cena fuimos Carlos, Salma, Ludivine, Toufik, Sandra de Córdoba y las portuguesas.




Tardamos un buen rato en terminarnos el filetón (sobre todo Sandra), y de postre la mayoría del personal se pidió helado, el más demandado de chocolate, era muy bueno.

Y una vez pagamos los quince eurazos del menú (que además del entrecot y el postre consistió en un entrante), nos dirigimos (una vez nos despedimos de Paco "El Loco" -el marinero mejicano-) dando curvas hasta el local al que fuimos la noche anterior, "Calle Ocho". Aquello estaba más “empetado” que el viernes, apenas se cabía, pero eso no impidió que nos lo pasáramos de vicio, bailando y riéndonos (el ambiente era mucho mejor que el viernes). Bueno, Sandra estaba exaltada, las portuguesas más de lo mismo, Ludivine bailó con un tipo que se apegaba y agarraba demasiado (Rocío lo definió como "baboso"), y yo la salvé... bueno, lo pasamos genial hasta que llegó la hora de fermer el local. Nos fuimos tranquilamente y dimos un pequeño paseo, aunque Toufik y yo planeabamos irnos a casa directamente (os recuerdo que yo aún no había hecho la maleta), pero lo cierto es que eso de irnos lo retrasamos un poco y nos quedamos un buen rato de cachondeo por las calles (como hacernos fotos con unos marineros mejicanos), esperando al otro Carlos y eso. Y sobre las dos y media más o menos nos separamos.

Ya en casita me puse a hacer la maleta y sobre las tres y media más o menos me acosté. Sobre las cinco me levantaría.

sábado, 23 de junio de 2007

Triste despedida (y una noche poco marchosa) (Día 54)

A pesar de que puse el despertador diez minutos después de lo habitual me costó levantarme, e incluso me quedé dormido durante unos minutos. Pero me espabilé y desayuné abundantemente, cereales y una rebanada de pan con Nutella.

Pillé el tranvía y un poco dormido me senté y hojeé el 20 Minutes, cuando al ratillo alguien me dio con un periódico, era Juan (el mejicano), al que vi cuando entré al tram, pero no me percaté de su identidad al verlo de espaldas leyendo el diario Metro o Bordeaux7. Así que realicé el viaje en compañía, aunque hablamos poco, ya que ambos estábamos algo dormidos y encima él medio resfriado.

Llegamos a nuestro destino y nos dijimos hasta luego, y me fui mi bureau, donde, la verdad, en un principio no sabía qué hacer, así que me puse a revisar lo del Europass, y alguna cosilla más. Pero después sí que supe que hacer, terminar de escribir la crónica de ayer, y cuando me quedaba poco para finalizar apareció mi tutor con algunas cosillas que pulir: una nueva imagen del logotipo, algún enlace de los menús emergentes que estaba errado, alguna falta de ortografía y ya está. Así cuando terminé la crónica me puse a hacer las modificaciones más otras más que yo vi conveniente, y que eran la supresión de algunos archivos CSS, y la posterior unificación de estos en dos o tres (es que tenía seis o siete). Poco antes de ir a comer apareció Schatz, y le intenté explicar más o menos lo que estaba haciendo, pero como no sabía si lo había comprendido todo me dijo que más tarde vendría con Juan para estar seguros.

A la hora de manger bajé en busca de mis compañeros de almuerzo, y tras estar todos reunidos fuimos a comer. Faltaba Adriana (que estaba preparando una conferencia o charla sobre su trabajo), pero estábamos Vimal, Jill, Andrés, Juan y yo, y tanto yo como el argentino llevamos una cámara con la que nos hicimos alguna foto (aunque a la mía se le acabaron las pilas). La comida estaba bastante buena, de hecho incluso le gustó mucho a Vimal, a quien no le suelen saber bien los almuerzos; ésta consistió en patatas fritas, y salmón hecho de una forma rara, era como metido en un trozo de pan (no exactamente, pero parecido), a eso hay que sumarle que había una salsa muy rica. Lo cierto es que comimos todos muy a gusto.

Después del almuerzo era el momento del cafetito, yo propuse invitar, pero Jill no quería y lo hizo él al final, fue mi segundo y último capuchino en su compañía. Por cierto, Andrés contó algún chiste, y hubo uno que personalmente me gustó y aún recuerdo, por lo que lo pongo más o menos como lo contó:


Esto era uno que entra en el despacho de su jefe con determinación y le dice:-Súbeme el sueldo porque tengo tres empresas detrás de mí.-¿Y cuáles son? -pregunta el jefe.-La de la luz, la del agua y la del gas -responde el desesperado empleado.


Bueno, una vez nos tomamos el café tranquilamente cada uno fue a su sitio, pero antes me despedí de ellos, aunque con la certeza de que más tarde los vería.

Y continué con las modificaciones, y cuando estuvieron finalizadas me puse a no hacer nada en particular, y cuando me cansé de ello bajé en busca de Schatz y no lo ví, así que subí otra vez y esperé.

Estaba tan aburrido que puse la primera entrada de "Laura", pero al final apareció en compañía de Juan, a quien expliqué todo lo que intenté decirle anteriormente. Y una vez estuvo todo dicho me hizo una crítica constructiva acerca no tanto del resultado final del trabajo que realicé (que le gustó), sino de mi actitud y demás, y me dijo que se trabajaba muy bien conmigo. Bueno, tras ello le pedí que me firmara y rellenara algún papelito y que hiciera la lettre de recomendation, pero antes de que la hiciera le ayudé a llevar un pedazo microondas a otro lugar y charlé también con Sébastien.

Mientras Schatz me hacia la carta de recomendación yo navegué en la Red, y cuando llegó con ésta me despedí y bajé para hacer lo propio con mis compañeros. Juan no estaba en su despacho, pero sí que lo estaba Andrés, del cual me despedí y le pedí que le mandara saludos a Adriana de mi parte... y lo cierto es que cuando lo hacía me entró una gran pena, y es que Andrés es un gran tipo, y desde luego que le echaré de menos. Al salir me topé con Juan, del cual me despedí también, y entonces me entró una tristeza aún mayor... La verdad es que nunca pensé que me fuera a costar tanto marcharme, y es que a pesar de estar tan sólo unas pocas semanas compartiendo almuerzo y poco más con ellos me dio una pena enorme el no poder volver a pasar esos ratos con ellos, echaré mucho de menos las conversaciones sobre dialectos hispanos y las bromas sobre el chorizo a Vimal (al que no le gusta). Bueno, echaré de menos a todos, así que desde aquí mando un saludo a Juan, Andrés, Adriana, Jill y Vimal, además de Schatz y Sébastien; espero y deseo que todo les vaya bien.

Al salir allí estaba Carlos esperando, y con él me fui, y el muy mamón me informó en el tram de que el Insup cerraba a las cinco... y yo me pregunto ¡¿Por qué nadie me aviso sobre ello?! Porque yo no sé si lo sabría Sandra, pero ya me lo podía haber comunicado (fue con Salma al Insup a las dos, y yo no fui porque estaba haciendo las modificaciones en el sitio), pero el que sí que debería habérmelo dicho es Carlos, el cual le había dado su Europass a Salma para que se lo llevara a firmar... así que desde aquí le doy un fuerte tirón de orejas a mi camarada... Pero al menos me comentó algo de una firma en el cuaderno de prácticas, y gracias a ello recordé que me faltaba, por lo que me bajé del tranvía en compañía de Carlos y fui en busca de mi tutor para que firmara.

Mas Carlos me dijo que podía echar en el buzón del Insup el Europass y que ello me lo enviarían a España, así que eso fue lo que hice (Carlos se marchó a su hogar).

Cuando llegué al dulce hogar me aseé, y descubrí que tenemos dos nuevos miembros en la familia, ingleses, creo, los dos, uno vejestorio y el otro joven.

Y ahora saldré, aunque parece que va a llover.

Al final llover, lo que se dice llover, no llovió, pero casi casi.

Me fui a la Quinconces y esperé el tranvía pacientemente, pero a pesar de que estaba parado unos cuantos metros antes de la estación y de que en el cartelito luminoso ponía "proche", no se movía y allí estuve unos minutos hasta que me cansé y me fui a patita hasta Hotel de Ville. Allí no había nadie, así que di un toque a Sandra, la cual no contestó, y después le di otro e igual, así que le envié un mensaje y le di varios toques y no me hacía ni caso, así que envié un sms a Carlitos, y al segundo recibí uno de Sandra diciéndome que estaba en una plaza cuyo nombre me sonaba, pero más bien a chino, por lo que mandé otro mensaje preguntando y al final Carlos me llamó diciendo que era la plaza que está frente al espejo de agua... para que mentir, en aquellos momentos estaba cabreado, quizás un poco sin razón (pues la culpa no era tanto de Sandra como de la compañía telefónica), pero cabreado, y cuando ya llegué donde estaba el personal y le pregunté a Sandra si sabía que el Insup cerraba a las cinco, y me dijo que lo sabía... me cabreé aún más (es la primera vez que lo hago de verdad con mis camaradas). De verdad, no entiendo cómo ninguno me informó sobre algo tan importante, si ahora no consigo el Europass tras darle tanta bulla a Juan Antonio para que hiciera algo, pues me voy a cagar metafóricamente en más de uno, pero con cariño (espero que esto no caiga mal a nadie, pero procuro ser sincero siempre que escribo).

Tras un rato de cavilaciones, nos dirigimos a un lugar llamado Txing-Txing, pero allí el portero no nos dejaba pasar (se creía el rey del mundo), así que nos dirigimos a un local que estaba justo al lado y que en su nombre tenía el "ocho", y el portero de éste sí que nos dejó pasar (aunque antes nos miró de arriba a bajo). El local estaba a reventar, nos costó lo suyo avanzar para dirigirnos a la segunda planta. La música era latina, salsa, merengue y eso, y yo, la verdad, no tenía muchas ganas de bailar, y no sólo porque estuviera un poco malaje, sino porque no me va dicha música. Salma era la que tenía más marcha, e incluso bailó un poco la danza del vientre.

Cuando cerraron el local a eso de las dos de la noche nos fuimos, mal guiados por los amigos franceses de Gael, hasta la Victoire, donde no había nada. Tras un ratillo dando vueltas sobre nosotros mismos fuimos a comer algo al kebab de siempre, y allí Sandra me invitó a medio kefta y a una boison compartida. Tras la comida y algunas lágrimas predespedida, nos separamos, Toufik, los dos Carlos, Salma, Rocío, Sandra y yo por un lado y los demás por otro. Compraron algo para beber y tras algunas dudas nos sentamos en la parada del tram donde di alguna cabezada en el hombro de Sandra. Llegó el tranvía y nos separamos en Hotel de Ville, y allí estuve esperando junto a Toufik y Rocío a que viniera el tram (y también di alguna cabezada en el hombro de la última), pero como no aparecía me fui andando, y cuando llegué a casa me metí en la cama a dormir.

viernes, 22 de junio de 2007

Laura avec moi

Ahora si, basta ya de rollos patateros y de falsas fotos, aquí está la auténtica imagen del amor puro, de la belleza junto a la gallardía, sí, aquí está la tan deseada foto de Laura junto a mi persona:





¿A qué es guapa? Sí, ya lo sé, es Carlos al que le han pintado unas pecas y le han puesto (además todo mal) una melena... Y sí, no estoy mintiendo, esa es la foto prometida, pues Laura no es sino un personaje creado por la calenturienta mente de nuestro camarada; y como el chiste me hizo gracia le seguí la corriente, y entonces Carlitos fue metiendo más caña, aunque siempre con la complasencia del respetable.

Un saludo.

¡Al fin! (Día 53)

Por exigencias del guión (me lo pidió Sébastien el día anterior) no tuve más remedio que levantarme diez minutos antes de lo habitual, para así llegar antes a las prácticas y dar, ahora sí, los últimos retoques al sitio Web (además de hacer al menos una paginilla nueva).

Me costó un peu más de lo habitual levantarme, y es que aunque sean sólo diez minutos de nada algo se nota, pero no era nada que no se arreglara con un lavado de cara con agua fresca. De nuevo desayuné cereales (mañana creo que comeré otra cosa) y después de ello me fui a poniendo un pie delante del otro una y otra vez hasta llegar a la Quinconces, donde cogí un tranvía y me lo llevé a cuestas hasta la parada Doyen Brus.

Del tirón me dirigí al despacho de mis jefes, y mi tutor me acompañó arriba con su clé (así llaman a los lápices USB -traducido es "llave"-), que contenía imágenes y información personal de Charles (el que se ha encargado de realizar buena parte de las imágenes 3D). Durante toda la mañana me acompañó y me indicó qué tenía que modificar (que eran prácticamente TODAS las imágenes y algún texto), Sébastien también apareció en alguna ocasión.

Antes del almuerzo ya estaba todo listo, por lo que quedamos con Nicola (que no sé si es secretaría, pero se encargará de mantener el sitio) para aprés-midi subir al servidor el Web.

El almuerzo consistió en patatas fritas con "no sé que exactamente", y es que era carne un poco grasienta, pero ya no sé más sobre ella. Más eso no es lo más reseñable, y quizás sí lo sea el hecho de que yo me llevara la cámara para hacernos algunas fotillos (aunque Vimal estuvo ausente, y es que le resulta poco picante la comida que ponen). Después del almuerzo nos tomamos un café, sí, nos tomamos, pues yo también lo hice (pero fue un capuchino) por vez primera, nos invitó el bueno de Andrés (el argentino, por si alguien no se acuerda). Ah, y durante el almuerzo estuvimos hablando, entre otras cosas, de los toros y otras costumbres raras, y creo que a todos los allí presente no gustábamos de dicho "festejo"; las otras costumbres fueron la tomatina, alguna fiesta del agua, la fete de la musique, etc... Y durante el café nous parlons sur filología hispana. Me lo pasé bastante bien, la verdad.

Ya arriba, esperé unos minutejos a mon tuteaur y me dijo que debía pulir un par de detalles, lo hice y aprés nos dirigimos a pocos pasos para ponernos al lío y subir el sitio a Internet.

En un principio no tenía claro cómo iba a ir aquello, ya que pensaba que era un sitio independiente y no uno dependiente de otro como así es; pero nada, tras solventar algunos problemas (sobre todo idiomáticos, a pesar de tener a Juan allí) logramos colocarlo en su sitio y ya se veía en Internet, peroooo... Surgieron otros problemas, y es que el enlace que hicimos desde el sitio padre no iba como debía, pues no se habría en una página distinta, sino en la misma (dentro de los marcos, o frames, de ésta), y por más que ponía en el enlace "blank" no furulaba, pero al final sí que lo hizo (en realidad era un problema del Dreamweaver al actualizar). Eso mismo nos pasó con algún que otro enlace, pero se solucionó aussi.

Y tras terminar por fin con todo el jaleo (ya por último se fue Juan y Nicola llamó al otro Juan -el español- para hacer de intérprete un momento), me despedí de Nicola (mañana no viene) y tras mirar cuántas visitas llevaba el blog (mil ochocientas sesenta y algo, no estaba mal) y mi correo, me fui a mi casita con el tranvía.

Bueno, y ahora voy a rellenar el Europass (que lo recibimos ayer noche, ¡¡por fin!!) y después cenaré, y tras la cena actualizaré el blog o me iré directamente a salir (según lo que avise Carlos), y ya mañana escribiré sobre ello, pues hoy es la Fête de la Musique, o sea, la Fiesta de la Música.



Tardamos un poco en salir ya que Carlos se suponía que iba a mandarme un mensaje cuando lo hiciera, así que esperamos con paciencia en la habitación, yo actualizando el blog y navegando por la Red. Pero ya llego una hora en la que me cansé de esperar, así que propuse a Toufik ir a la catedral y si allí no había nadie pues irnos al río; a éste le pareció bien, y a Rocío también.

Cuando llegamos a la Quinconces nos dimos cuenta que en Burdeos hay realmente mucha gente, nunca antes había visto tanto personal en la calle; aunque también nos percatamos que por ese mismo hecho no había tranvía, por lo que tocó andar. Es una pena que se me olvidara la cámara de fotos, porque de otro modo os mostraría la de gente que había, por ejemplo, junto al Grand Theatre, o lo llena que estaba la calle... que ya no recuerdo el nombre pero que es un viaje de larga y lleva hasta la Victoire. Y los alrededores de la catedral también estaban repletos de personal, y allí también se encontraban nuestros camaradas (que así se lo habían comunicado por móvil a Toufik), aunque fue Sandra las que nos encontró a nosotros. Bueno, allí estaban, además de la mencionada Sandra, los dos Carlos, Salma, Gael, Gabriel y una chavala que se me olvida el nombre (creo que es Nabila), pero que es de Ubrique.

El ambiente era... musical, pues sí, y es que había por allí una banda de música, por otro lado ponían música reggie y casi por cada esquina ponían algo distinto. Pero no nos complacía la musique que nos acompañaba, por lo que decidimos ir para el río a ver como estaba la cosa (pero tardamos un rato en hacerlo, y vimos como unos individuos jugaban con fuego literalmente, y como Salma bailaba a pesar de que afirmaba que la música no era de su gusto). Por el camino observamos el ambiente, y era bueno, bastante festivo (como corresponde), y cuando llegamos al río pudimos ver que estaba todo lleno, pero que allí no había música, pero si que hubo fuegos (con los que tuve otro "momento romántico" con Sandra, pues nos separamos del grupo para verlos mejor) y una tía con las bragas en la cabeza, que miramos con ojos críticos (los fuegos artificiales, no la tía de la bragas en la cabeza) y es que excepto algunas cosillas que eran fabulosas, el resto no es que se lo hubieran currado mucho. Después de las fuegos (en realidad fue un poco antes que nos separamos), Salma, Sandra y la otra chavala decidieron marcharse, pero los dos Carlos et moi nos quedamos, y Rocío y demás no sabíamos donde estaban.

Una vez finalizo los fuegos de artificios fuimos en busca del personal, y para ello tuvimos que dar alguna que otra vuelta inútil por culpa de necias explicaciones, pero encontramos a nuestros compañeros y estuvimos a la orilla del Garona hasta que el frío nos echó y nos introdujimos por las calles de Bordeaux. Sorteamos a todo tipo de gente y de música, y nos quedamos un rato más que decente en un lugar en el que ponían música hispana y el ambiente era tres bon, en dicho lugar más de uno (y de una) se bebió algún que otro ponche, y bailamos y nos reímos beaucoup. Ah, hay algo que se me ha olvidado, y es que al irnos de la ribera del río dieron con nosotros Dani el "Hombre Récord", Jeni, Ludivine (antes Lulu) y la petit de Lidia.

Una vez el personal se cansó de estar en el mismo endroit, pues nos desplazamos de nuevo por las orinadas calles (si, allí el personal meaba donde podía) y acabamos otra vez en Hotel de Ville, aunque allí el ambiente se había enfriado (literalmente) un poco, y además los de la música reggie tenían problemas técnicos (los de la banda no). Pero aun así el ambiente estaba bien, por lo que nos quedamos allí hasta las tres y pico, que es cuando Rocío y el que escribe nos largamos.

Durante la travesía de vuelta, además de observar que ya no había tanta gente en las calles, comenzó a llover para abajo, y mojaba el agua... Al principio eran cuatro gotas, pero la cosa fue aumentando y nos obligo a cobijarnos, mas como no tenia visos a que finalizara pronto Rocío, en un alarde de valentía y generosidad, se quito la chaqueta y la usamos para cubrirnos. Y así llegamos a nuestro hogar, yo arriñonado perdío, y relativamente seco.

Laura

Aqui tenéis a Laura:

jueves, 21 de junio de 2007

El examen de franchute (Día 52)

Me costó un poco más levantarme que un día cualquiera, y es que eso de acostarse tan tarde tantos días seguidos hace un poco de mella, pero no es algo que no pueda soportar.
Tras el desayuno de cereales y el cepillado de dientes tiré rápido y veloz hacía la Quinconces, en pos de un tranvía con el que trasladarme hasta mi lugar de prácticas.

La primera hora y media no hice mucho, pero fue ir a ver a Schatz para no recuerdo qué (pero me dio el certificat d´stage) y al rato vino él acompañado de Sébastien. Juntos corregimos el sitio (Schatz se dio cuenta de que yo tenía razón en su momento cuando le dije que cierto tipo de letra no lo tenían todos los ordenadores instalados, y que por lo tanto la página no la vería todo el mundo igual -al final me hizo cambiar el tipo-). Pero lo que más problemas nos dio, cómo no, fue el Internet Explorer, más concretamente algunas imágenes que no se visualizaban bien en dicho navegador, eso y la imagen de la página principal, que era muy pesada (un gif animado de algo más de un mega), y buscamos durante un buen rato otro programa que pasara de .avi a .gif de una forma más eficiente. Schatz lo encontró.

A las una y poco dimos por terminada la corrección, por lo que recogí mis cosas, fui al despacho de mi tutor para recoger el "rapport d´stage" y me dirigí a comer en solitario (espaguetis y una hamburguesa).

Esperé un poco a Carlos y cuando apareció nos fuimos a pillar el tram. Nos bajamos en Forum, pues quedamos con las niñas allí, y esperamos un buen rato a éstas, mas no aparecieron, así que no tuvimos otra alternativa que coger el siguiente tranvía y nos bajamos dos paradas más allá (en Saint Gene, si mi memoria no me falla), y allí cogimos el bus número nueve, que nos llevaría cerca del Insup.

El motivo de ir a este lugar fueron dos cosas, los arreglos de papeles, y el examen oral de francés (podría decir "valga la redundancia", pero sería un chiste fácil). Cuando llegamos nos encontramos con Sandra y Salma, que las muy ***** nos habían dejado tirados por un olvido; al poco también hicieron acto de presencia el otro Carlos y Toufik, respectivamente.

Arreglamos los papeles que debíamos arreglar, hicimos el examen (hemos mejorado un poco) y nos fuimos a pie hasta nuestro hogar. Allí primero se separó Toufik, y posteriormente Carlos y Salma (fueron a Quinconces), y Sandra y yo por otro lado (fuimos a buscar una tienda, pero como no nos gustó lo que vimos fuimos al Meriadeck).

Una vez las compras fueron realizadas (o no), volví a casa y no era navidad, me duché, apunté algunas cosillas de ayer (martes) para la crónica y cené (arroz y calamares con salsa americana casera). Y cuando el estómago estuvo lleno y la mesa recogida, subí a la habitación y escribí la crónica del martes y ésta que estáis leyendo. Y ya está, ce fini, pues no creo que vayamos a sortir hoy, que además de cansancio antes cayeron unas gotas del cielo.

miércoles, 20 de junio de 2007

Súperjornada laboral, y otra noche de fiesta (Día 51 -19/06/2007-)

El día del martes fue un día largo, al menos en lo que se refiere a la jornada laboral, y es que me di una pechá de las buenas a cuenta de que debía terminar el sitio Web. Fueron nueve horas y media de intensa actividad.

A eso de las once y algo Jean Marie fue de visita, aunque no de improviso, puesto que ya estaba acordada. En el momento en el que llegó sonriente estaba yo con mi tutor repasando algunas cosas del sitio, venía para mi evaluación en las prácticas. Y no fue mal del todo, Schatz me puso un par de satisfactorios, dos o tres bien y otros dos o tres muy bien además de un "no evaluable".


Una vez se fue Jean, continué con mi tutor repasando todas las páginas, y llegaron las doce y seguíamos, y Juan apareció en mi busca pero observó que aún nos quedaba y por lo tanto se largó. Sobre las una terminamos, aunque antes Schatz me dijo que tenía que terminar o terminar la Web dicho día y que la imprimiera, ya que al día siguiente se debía realizar la última corrección.


Al ser tan tarde Schatz me propuso comer con él, y así lo hice. Y hablé bastante (en francais), ya que me preguntaba cosas, ya fuera acerca de la Web o sobre lo que iba a hacer cuando regresara a España, o si Cádiz estaba bañada por el Mediterráneo, etc.... En alguna ocasión se tuvo que ayudar con papel y lápiz para explicarme lo que quería decir, pero por lo demás fue bien. Por cierto, el almuerzo consistió en arroz con algo que ya no recuerdo (¿pollo?) -_-.


Después de la comida estuve todo el rato a piñón corrigiendo detalles y haciendo los menús y alguna paginilla nueva, tras ello imprimí todo el sitio y se lo entregué a Schatz, me fui a las siete menos cuarto de la tarde, cuando lo normal es a las cinco.


Tras el trabajo quedé con Sandra, con la que pasé un ratillo por los alrededores de la catedral (e incluso fuimos a misa -que va, ya estaba terminando-).


Y después cogí el tranvía hacia mi hogar, donde esperé a Toufik, que debía aparecer con unas cuantas pizzas bajo el brazo (la señora no estaba, pero encargó un par), pero cuando lo hizo no llevaba nada bajo el sobaco, pero sí algunas dudas en la cabeza. Y es que no tenía ni idea dónde se encontraba la pizzería, pero gracias a las indicaciones de las portuguesas y que le acompañara Rafa y yo a la siguiente búsqueda dimos con la dichosa pizzería. Las (dos) pizzas eran... bueno, medianas tirando para pequeñas, y con ellas se suponía que debíamos comer nueve personas... menos mal que allí sólo habíamos tres más otros dos o tres que debían aparecer, y menos mal que alguien había hecho gazpacho.

Por la noche salimos (Toufik no), aunque con la intención, al menos yo, de no estar mucho tiempo, pero al final pasa lo que pasa y uno se engancha allí con el ambiente y tal. Y es que estábamos de nuevo con la alegre compañía de los marineros mejicanos, además de los otros compañeros (Rocío, el otro Carlos, Lidia, Hombre Record, etc.), y el personal se hartó de cerveza caliente o medio fría, de echarse fotos y de charlar, y así estuvimos hasta las dos y pico de la madrugada.

Y ya van cincuenta (Día 50)

A las siete y media de la mañana me desperté como un hombre nuevo. Me vestí y eso y bajé para tomarme en desayuno de los campeones (cereales varios). Aunque antes de ello la señora me echó una reprimenda a cuenta de la pizza que traje conmigo (una que Rocío llevó a la cena del hotel y que no se hizo), y yo le dije que "ce soir", pero ella prosiguió, aunque creo que relataba por otras cosas, pero como yo no la entendí no le hice mucho caso, la verdad.

En las prácticas proseguí con la susodicha Web, le di ciertos retoques a todas las páginas y Schatz me pasó algo de material nuevo, o sea que ya le queda menos (aunque el menú vuelve a dar por culo).

Antes de almorzar me topé con Carlos con el que estuve compartiendo impresiones unos instantes. Comí panceta con papas fritas.

La jornada de tarde transcurrió bien, un poco aburrido al final, pero podría haber sido peor. Ah, Cheng, un compañero de despacho, ya es doctor, eso fue algo que me alegró, ya que es un buen tipo.

A las cinco y algo pille el tranvía, llegué a casa y me duché. Dentro de unos minutos como y después he quedado con Carlos para ir al barco mejicano.

En la cena Mme. Dambrine se disculpó conmigo por lo de la pizza de por la mañana, y yo, como buen caballero, las acepté (eso y porque no entendí ni papa). Cenamos pasta (por si interesa a alguien).

Tras la cena partí con la compañía de Toufik y las dos portuguesas, éstos se quedaron a tomarse un café por los alrededores del Gran Teatro, mientras que yo cogí un tranvía dirección Hotel de Ville, donde esperaban los dos Carlos mientras hablaban con unos marineros mejicanos.

Nos dirigimos caminando a pie hasta el río, donde los Carlos compraron un par de cervezas, y allí nos quedamos conversando y observando a los paseantes y a las cada vez más oscuras nubes. Pero no fue agua lo que cayó, sino rayos, pues allá en el cielo Zeus estaba haciendo de las suyas, tirando rayos de acá para allá, y lo cierto es que era un espectáculo fantástico, muy bello.

A las once y cuarto me fui de allí, mientras que mis dos compañeros prefirieron quedarse un rato más, de hecho se compraron una botella de vino con la que seguro pasarán una romántica velada.

lunes, 18 de junio de 2007

La Sexta Entrevista

Con cierto retraso tenemos aquí la sexta entrevista, que aunque breve está hecha con cariño y ternura. Informar que las tres primeras preguntas son de Javi (gracias ;-), y que todas fueron contestadas la pasada semana, pero por razones de tiempo no he podido publicarla hasta ahora.


***


1. ¿Qué te parece que Raúl no haya puesto ninguna foto de su "novia", significa que le da la razón a Chani?


Sandra: Significa que la novia no quiere que ponga fotos suyas en el blog.


Salma: En un principio dije que lo de Laura es mentira y sigo pensando lo mismo hasta que no vea la foto como dijo Chani.


Carlos: No la ha puesto, porque Laura aun no le ha mandado la foto, en cuanto se la mande, estoy seguro de que la pondrá.


Raúl: No os preocupéis que antes de lo que pensáis pero mas tarde que lo que queréis será publicada esa foto tan deseada... pero antes he de recibirla.


2. ¿Se acordara Raúl de Carlos cuando este con una familia y Carlos de Raúl? (son los únicos que se han quejado de su compañero) .


Sandra: Bueno eso que lo respondan ellos.


Salma: Pues creo que sí, cada uno recordara el otro, aunque se quejaban pero son muy amigos; como yo a Sandra, te echo de menos Sandrita.


Carlos: Pos claro que nos acordamos mutuamente, porque hemos vivido muchos buenos y malos momentos, y eso no se olvida con facilidad, a ver a quien tiene Raúl que llamar ahora por las mañanas, o cuando yo tenga algún problema a quien se lo voy a contar, o a quien le va a contar Raúl que le han vuelto ha decir que haga de nuevo la pagina Web, con quien vamos a hablar de vuelta a casa en el triste tram/bus, estos últimos 10 días, no serán = sin Raúl.


Raúl: Bueno, para ser sincero, ya me he acordado, ya que a pesar que a veces resultaba molesto como un mosquito revoloteando junto a la oreja, no deja de ser mi camarada de habitación y amigo en general, y desde luego hemos compartido grandes ratos en este tiempo, y ahora debo de acostumbrarme a convivir con personas que me son desconocidas, y eso jode bastante, sobre todo porque apenas voy a tener tiempo de conocerlas, y por lo tanto jamás voy a estar tan a gusto en la casa como lo estuve en el hotel.


3. ¿Quién ganara la liga española (la francesa hace tiempo que la gano el Olympique et Lyonnais)?


Sandra: No entiendo de fútbol, pero que la gane el Barça aunque lo tenga difícil, jajaja...


Salma: Pues yo ni idea.


Carlos: La liga la va a ganar el Cádiz... bueno, eso cuando suba la próxima vez, este año la va a ganar... pos no se, porque no estoy siguiendo la liga, pero seguro que el Madrid o el Barça, aunque a mi me gustaría que ganara el Sevilla.


Raúl: El Real Madrid, aunque le pese a Javi, así será (aunque no estoy muy informado de como va la cosa en la liga).


4. ¿Qué tal te llevas con tu nueva familia?


Sandra: Bien, aunque estoy muy cortada, y al padre no lo entiendo hablando y él no me entiende a mi, jajja


Salma: Sinceramente muy bien son muy simpáticos, y sus hijas son un encanto además que tengo hermano adoptivo (Carlos), no me puedo quejar.


Carlos: Muy bien, mi nueva familia se compone de madre, padre y dos hijas de 7 y 11 años, son muy simpáticos y amables y nos han dicho que su casa es nuestra casa y que podemos hacer cosas que no están recogidas en el contrato sin tener que pagar como lavar la ropa sucia y comer entre horas. Aunque bueno, yo no hablo mucho con ellos porque no los entiendo bien y porque he pasado todavía poco tiempo allí, cuando lleve un poco mas ... entonces, me tendré que ir :P


Raúl: Aun es pronto para decir nada, ya que apenas he tenido, en el momento que escribo estas líneas, contacto con ellos.

Día campestre (Día 49)

A las diez y media me despertó el móvil porque así yo lo había querido. Me vestí, preparé con celeridad y me largué hacía la casa de Juan. Por cierto, llovía.

Fue subir a casa de mi compañero de almuerzos, y bajar al instante, aunque con la sillita de Cleolla (la más mayor -no sé si está bien escrito-) a cuestas. Jill apareció caminando, y al poco lo hizo el vehículo que nos recogería (en él había una pareja cuyos nombres nunca entendí o quizás olvidé), montamos todas las cosas en el coche y Jill tiró para adelante para coger el suyo propio (lo tenía aparcado más adelante, y en él estaban Andrés, Adriana y Vimal).

Dimos un paseo más que notable, de hecho cruzamos tanto el río Garona (por el gran puente de hierro -similar al de Sevilla, aunque quizás más grande-) y el otro río (también atravesado por un puente metálico, distinto del anterior, pero también muy alto) que se une a éste y cuyo nombre no me viene ahora a la cabeza. Casi al final del trayecto hicimos una breve parada en una tienda de vinos, y allí Jill compró algunas botellas. Después de la petit y alcohólica compra continuamos el viaje, y torcimos a la derecha para acabar en un estrecho camino asfaltado. En el panorama, verde requeteverde, destacaban los viñedos, que los había a mansalva.

No tardamos mucho más en llegar a nuestro destino, que no era una maison, sino una chateau, o sea, como una especie de cortijo en España. Y lo cierto es que era grandecilla y antigua, sí señor.

Metimos las cosas en su interior y pusimos la mesa y demás, aunque antes debimos recorrerla de punta a punta, y contemplamos algunos tapices descoloridos por la edad que colgaban y decoraban las paredes con sus bonitos dibujos. Comimos unos entrantes (bizcocho con carne, pastas, lo típico) y charlamos y demás (en español, francés e inglés), y tras ello le tocó el turno al almuerzo, que consistió en chistorras hechas por Jill, arroz y algo de verdura que yo, evidentemente, no comí, todo ello servido con vino y para mí zumo y también probé Pulco, que es una especie de concentrado de fruta (se bebe diluido en agua); el postre fue y no fue variado, pues consistió en tres pasteles distintos, aunque yo probé sólo uno (en aquellos instantes no se me apetecía, pero ahora que pienso en ellos me entran unas ganas enormes de probarlos -_-).

Después de que un breve reposo y que el personal se tomara un cafetito, nos fuimos a dar un paseo (menos mal, porque ya me comenzaba a invadir el sueño, de hecho en una ocasión me ofrecieron una cama para dormir -pues se ve que me vieron cara de sueño, y además ya les había contada que había pasado toda la noche con los mejicanos-).

El paseo fue agradable, el paisaje, como ya he dicho, era predominantemente de viñedos con algunos árboles y bosquecillos desperdigados, y todo era muy verde, daba gusto verlo. Durante éste nos topamos con un cerezo, y aprovechamos para comer algunos de sus frutos, que estaban la mar de sabrosos.

Una vez terminamos de dar el paseo vimos la casa por completo, nos enseñaron el piso de arriba, y había muuuchas habitaciones, y lo cierto es que uno se sentía en otra época en cada una de ellas, el techo, los cuadros, los muebles y adornos, e incluso las fotos hacía que uno se trasladara en el tiempo, lo cierto es que nos quedamos bastante alucinados el personal al ver las habitaciones.

Tras ello recogimos y partimos hacia Burdeos. Durante el trayecto casi me quedo dormido, y es que el cansancio ya estaba haciendo mella en mí. Y al llegar a nuestro destino, evidentemente, nos despedimos, me dieron una barra de pan, y les di las gracias por todo; y también rechacé la oferta de Marie de tomar un té, puesto que estaba hecho polvo.

Tiré para mi hogar y allí del tirón me metí en la ducha, y luego me puse a terminar de escribir la crónica del sábado y a realizar un resumen del domingo.

Bueno, y una vez comí, tiré para arriba, me cepillé los dientes, y agarré la cama (eran las nueve menos cuarto) y no la solté hasta las siete y media de la mañana (aunque me desperté en mitad de la noche por culpa de una que estaba cayendo, que sonaba muy fuerte en la ventana -al parecer era granizo-).

***


Y aquí os pongo la crónica del pasado jueves, o eso creo, de Sandra, que ella misma a escrito con su puño y letra, y que espero que la próxima que me mande estén corregidas las faltas y no meta tantos "Intros", porque si no se la va a publicar su ******* (censurado).

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Bueno, haré yo también mi crónica.

Me recogió Mme. y Mr. Lacoste (Nota mía: ¿tienen cara de cocodrilo?) en el hotel sobre las 9:45, tardaron un poco en venir porque habíamos quedado a las 9 y media y con los nervios se me hizo eterna la espera.

Mientras íbamos en el coche, Mme. Lacoste, me explico cómo podía ir a trabajar, y me dijo que tenia que ir andando hasta el tranvía en Sant Agustin (según ella había 10 minutos de la casa allí), y hacer el mismo recorrido que hago siempre.

Llegamos a la casa, no es muy grande, pero tiene un jardín en la entrada y otro en el interior muy bonitos. Me enseñó mi habitación, quedé con Mme. Lacoste para cenar por la noche, coloqué mis cosas y me fui en busca del tranvía para las prácticas. Con el mapa logré encontrarlo, pero tardé 25 minutos en llegar. Así que en una hora y cuarto estuve en el trabajo. Llegué y me fui directa al restaurante. Me comí una pizza y me fui para el laboratorio. Mi tutora me preguntó qué tal la familia y cómo venía desde Merignac. Entonces le expliqué todo lo que tenía que formar para llegar. Pero mis buenos compañeros Nicolás y Lorain me dijeron que podía coger el bus para venir que me dejaba allí al lado, y me buscaron toda la información necesaria en Internet (mapas, horarios...). Merçi!

A la salida tenia que coger el bus a las 17:16. Me puse en la parada pero lo perdí, porque se paró delante otro bus y pensé que el que venía detrás, que era el mío, iba a parar justo en la parada, pero no fue así y me dejó tirada. Entonces me quedé a esperar el siguiente que pasaba a las 17.41. El día estaba muy bueno, pero de repente, empezaron a sonar unas tormentas, y seguidamente empezó a caer un chaparrón, y no sabia donde meterme. Como cada vez apretaba mas decidí correr a buscar refugio. Encontré unas escaleras de unos garajes donde había una chica, metida, y pensé que allí no me iba a mojar, pero no fue así. Corrimos las dos hacia otro sitio, pero ya tenia mojada hasta las bragas. Cuando escampó volví a la parada, pero el bus no pasaba...pregunté a un mujer, y me dijo que esa parada no era la que yo tenia que coger, era justo la de enfrente y allí lo cogi, por fin. Llegué a la casa sana y salva después de preguntar a varias personas que me iba encontrando por el camino. Fui a llamar a mis padres a una cabina y cuando volví estaba en casa Clementine, la hija de Mme Lacoste. Me duché, cenamos en el jardín (sonando tormentas y todo) y me fui a mi habitación.

Algo que me sorprendió después de la cena, es que la niña con 16 años, se fumara un cigarro con sus padres. En fin, eran las 9 y media de la noche, y ya no sabia que hacer...Me puse a escuchar música y hacer cosas en el portátil, y fue cuando vino Clementine corriendo para decirme que si quería ir con ella que iba a presentarme a sus amigos. Estaban en un carril detrás de la casa, con un coche y escuchando reguetton. Estuve allí hasta las 11 y media hablando con ellos, que por cierto, me hacían unas preguntas un poco bastantes guarrillas, además querían que yo les tradujera con mímica una canción en reguetton bastante guarra también. Después de pasar un rato con ellos, Clementine y yo nos fuimos a casa. Estuvimos buscando su paquete de tabaco para fumarse uno en el patio y yo la acompañara, pero no lo encontramos. Lo que sí encontramos fue una caja de bombones, me ofreció, me dio dos, y nos fuimos cada una para nuestra habitación a dormir, que por cierto duermo en una litera muy chula.

Jour avec Sandra (et nuit avec mexicans) (Día 48)

A las once y cuarto aproximádamente me desperté, Toufik también lo hizo. Después del lavado de cara y demás bajé a desayunar, y después de hartarme de cereales rellenos de chocolate subí de nuevo y terminé de escribir la crónica del viernes. Cuando no había terminado de hacerlo Sandra me llamó (yo le envié un mensaje previamente, de hecho, envié dos, pues el primero que escribí se lo mandé por error a Sandruki, que está en Irlanda -_-), y quedamos en la Victoire.

En cuanto pude pillé el tranvía y me fui directo a dicho lugar, donde Sandra (con sus recién compradas gafas rosas) me esperaba en la parada. No había hambre aún, por lo que decidimos ir a dar una vuelta, hicimos escala en un par de librerías especializadas en cómics (que suerte tienen los franceses), y cuando mi compañera comenzó a pensar en comida fuimos en busca del kebab más bueno de Burdeos, pero, a pesar que dimos muchas vueltas, no lo encontramos, por lo que decidimos ir al lugar de siempre, que quizás no sea el mejor, pero está muy bueno.

Una vez nos zampamos el almuerzo tiramos para la parada de tranvía con la intención de ir a la ribera del río, pues le comuniqué a Sandra que había un barco y había que verlo. Al llegar a nuestro destino nos dimos cuenta que se podía entrar en el barco, aunque no teníamos claro en un principio si era gratis o no, a nosotros nos pareció que sí (y así era), por lo que hicimos cola, y cuando llegó la hora abordamos el barco y me jodió cantidad que se me acabaran las pilas, sólo pude hacer una foto sobre éste... y eso jodío bastante; no obstante para algo están los móviles, y Sandra tenía uno adecuado para ello (aunque nos es imposible pasar en estos momentos esas fotos, por lo que no las puedo poner). Bueno, el barco estaba bastante bien, era del ochenta y dos, fabricado en España y bueno, nos gustó bastante.

Una vez desembarcamos fuimos a comprar agua, y de paso un par de heladitos, nos comimos éstos sentados en un banco de Place du Palais y tras ello nos dirigimos a la lámina de agua para mojarnos los pies con los chorros del líquido elemento. Allí estuvimos un muy buen rato, esquivando a los niños que no dejaban de salpicar, y caminado descalzos en la tibia agua.

Nos hartamos de agua y se nos apetecía sombra, así que nos fuimos a patita hacia el Jardin Public, allí nos tendimos en el césped mientras que los patos nos acosaban pidiéndonos algo que llevarse al pico. Cuando se hacía algo tarde Sandra decidió que era la hora de volver a su hogar, la acompañé hasta la Quinconces e hice lo propio yendo a ma maison.

Cenamos bastante bien, había ensalada de pasta, de zanahorias del día anterior, jamón serrano y york, y alguna cosilla más además del pan muy bueno y que cree Rocío que lo hace la mujer. Y ahora dentro de un rato he quedado con Carlos, pero como todavía no he conseguidos leer el futuro con lápices USB, pues ahora mismito no escribo nada más.

La noche de ayer, sábado, fue un caso a parte, realmente una noche genial, de las más divertidas que he pasado. Y ahora os hago partícipes de ella.

Después de actualizar el blog gracias al portátil de Rocío, fui raudo y veloz a por el tranvía para ir al encuentro de Carlos y al llegar a la catedral allí estaba junto con Gael (otra chavala que hace las prácticas), Gabriel, Dani Récord, Jordan y Rocío. Entonces cogimos otro tranvía y nos dirigimos en dirección al río, donde compramos alguna bebida en un 24 y nos dirigimos a la ribera del río, en la pantalla de agua (cerca del barco mejicano), donde nos sentamos. Tras un ratillo apareció súbitamente Veronique (una de nuestras profes de francés en el curso que hicimos) y su marido (que es mejicano), y allí se quedaron con nosotros, pues habían quedado con algunos marineros, y éstos no tardaron en hacer acto de presencia.

Bueno, llegaron y se lió, pues trajeron consigo tequila mejicano y posteriormente cerveza y alguna bebida más, y al personal le encantó el tequila, pues decía que entraba muy bien (a algunos le entró demasiado bien). Lo cierto es que eran unos tipos muy simpáticos y daba gusto hablar con ellos, eran muy divertidos y encima el acento que tienen como que hace gracia.

Carlos, creo, se lo pasó especialmente bien, pues además de beber tequila se hartó de hablar de política con Veronique y el esposo de ésta, y encima estaban de acuerdo con sus ideas, por lo que ya imaginaréis cómo se enrolló, pero fue divertido.

Cuando llevábamos un buen rato charlando, bebiendo, riendo y cantando aparecieron Lidia y Jennifer, que se habían hartado de fregar platos al parecer.

Allí el personal estaba cada vezpeor, había un chileno (que se llamaba Raúl), que el pobre estaba fatal, pues se ponía a hablar en inglés y cuando le decíamos que lo hiciera en español decía "sorry" y proseguía en el idioma de Shakespeare, pero se daba cuenta y cambiaba al español, pero al poco rato otra vez volvía a hablar en inglés. Además con éste se metían todos los marineros, incluidos los mandamases.

Después de unas horas nos trasladamos más cerca del barco, donde continuamos como hasta ese momento, e incluso mejor, porque Paco (uno de los marineros), fue a por su guitarra y cantamos alguna cancioncilla (aunque Lidia, que canta muy bien, se negaba a hacerlo -aunque más tarde lo haría-). Y bueno, allí estuvimos de cachondeo hasta las seis y algo de la mañana.

Algo que hay que contar es como acabaron ciertas personas:

-El chileno, que estaba todo borracho, no dejaba en paz a la pobre Jennifer, y es que ya lo había intentado con Rocío sin éxito por lo que quería probar suerte con la chavala. No la tuvo.

-Carlos estaba bien bebido, entre el ron con cocaloca, el tequila, la cerveza y el vino mejicano, más cerveza de Francia se le subió a la cabeza, pero aún así se podría decir que estaba más o menos bien.

-Rocío estaba un poco tocadita, pero nada grave, mientras que Lidia estaba en sus cabales, y yo que había sido el único que no había bebido estaba fresco como una rosa.

-Gael, Gabriel y Jordan se fueron antes que nadie, pero estaban de pie cuando lo hicieron.

-Un caso a parte en el Hombre Record alias "Dani", que se ve que no sabe beber, o simplemente no resiste mucho, porque estaba fatal, y echó el pato, la pata y los patitos, además de sus primeras papillas, apenas se tenía en pie en condiciones en ciertos momentos y los mejicanos se hartaron de reir a su costa y encima se echaron fotos con él echo polvo. En estos instantes seguro que sufre una jaqueca de las buenas.

Bien, cuando llegó la hora de marcharnos así lo hicimos, tuvimos que correr para coger el tram. Rocío y yo nos bajamos en Quinconces y nos fuimos a casita a pie, mientras que el resto debía coger otro tranvía y después creo que un autobús. Al llegar a nuestra dulce maison, desayunamos cereales y nos acostamos sobre las siete menos cuarto... y yo que quería acostarme tempranito -_-

Ah, los marineros nos invitaron a ir al barco otro día para enseñárnoslo por dentro, así que probablemente iremos el lunes.



PD: Nota, en los comentarios de la entrada anterior (correspondiente al viernes) podéis leer una crónica de Carlos de dicho día.

sábado, 16 de junio de 2007

Attendre (Día 47)

Me desperté junto al despertador, que no paraba de dar por culo, mas permanecí un rato en la mullida cama. Sobre las siete y media me levanté, y tras el aseo personal bajé para desayunar (cereales rellenos de chocolate). Tras éste me dirigí con brioso paso a la Quinconces, donde me esperaba el tranvía. El viaje fue tranquilo.

En las prácticas terminé la página Web antes de almorzar, y aprés-midi no hice mucho durante un rato hasta que apareció Schatz y Sébastien, que miraron el sitio y les gustó bastante, aunque no quedaron muy convencidos con buena parte de las imágenes, por lo que me van a pasar otras el lunes.

Antes del almuerzo, Jill (no sé si se escribe así, pero es el francés) me invitó el domingo a ir a casa de los padres de su novia para hacer una especie de picnic, pero al principio le dije que no sabía, ya que no tenía claro si íbamos a hacer algo interesante nosotros. En el camino hacia el restaurante me topé con Carlos, quien me contó su odisea para llegar hasta la universidad desde su nuevo hogar, y quien me dijo que fuera el domingo al picnic, así que ya en el restaurante le informé a Jill que iría (además también irán Juan, su esposa y sus niñas, Andrés y su mujer Adriana, y Vimal). Sabiendo esto quedé con Juan a las cinco para ir a su casa, que es de donde vamos a partir.

A las cinco me pasé por la oficina de Juan, y tras esperarle un poco cogimos el repleto tranvía y, por supuesto, llegamos a la Quinconces. Andamos unos minutillos y llegamos hasta su casa, me invitó a entrar y allí estuve un rato en compañía de su mujer (que es francesa, pero habla bastante el español) y sus dos hijas pequeñas (que una no quería hablarme y a la otra le asustaba). Tras un rato y después que me apuntara la dirección por si las moscas me marché hacía me dulce y cuasi desconocido hogar.

Poco después de la ducha tocó la cena, y esta vez estaba bastante mejor, y no sólo en cantidad. Había ensalada de coliflor (no comí), de zanahoria (comí, estaba rica), papas aliñadas (en realidad algo parecido, pero estaban muy buenas), guisantes con trocitos de carne (no comí) y carne con aceitunas (comí, estaba bueno). Justo después de la cena me conecté con el portátil de Rocío unos instantes y luego subí a la habitación para comenzar a escribir esta crónica, que no termina ici, ya que vamos a salir dentro de un rato (he quedado con Carlos en la Quinconces). Mas todo lo que suceda tendrá que esperar a ser escrito mañana.

Y ya es mañana, y por lo tanto ha llegado la hora de relatar tales hechos. Aunque, todo sea dicho, no hay mucho que reseñar.

Se acercaba las diez de la noche cuando Carlos me mandó un mensaje diciéndome que iba a llegar a la Quinconces, así que terminé de escribir velozmente lo que escribía, apagué el ordenador y tiré para dicho lugar. Cuando llegué allí estaba el chaval, sentado y hablando por teléfono con su padre, nos saludamos y esperé un momento a que terminará con la plática.
Cuando finalizó le informé que Toufik y Rocío habían ido a acompañar a Pepe a la estación, y que habíamos quedado en Place du Palais o en Place du Parlament. Nos fuimos a pie a la primera y allí esperamos durante un buen rato, comenzó a llover y nos refugiamos con las paredes del edificio, continuamos esperando y al final Carlos llamó a Rocío, y acabamos por quedar a las once y media en Hotel de Ville, donde mi camarada también había quedado previamente con más personal.

Esperamos (siempre esperamos), un buen rato a la protección de la pared para que llegara un tranvía que nos llevara una parada más arriba y desde allí coger el tram que nos llevase hasta nuestro destino. Llegó al fin y no lo perdimos en el intento, y al llegar a la estación en cuestión nos encontramos con Toufik y Rocío esperando. Juntos cogimos el tranvía destino a la catedral (o sea, a Hotel de Ville -que no es un hotel, sino el ayuntamiento o similar-). En dicha parada no había nadie aún, así que de nuevo tuvimos que esperar, aunque al menos no llovía.

Los primeros que llegaron fueron Jennifer (de Medina), Dani (más conocido como "Hombre Récord" o Recordman), y Lulu (o similar, es francesa), y en su compañía esperamos a Lidia (cien por cien gaditana), Gabriel y Jordan.

Nos dirigimos a la plaza de la estatua del ángel y allí nos apalancamos, durante un momento parecía que el tiempo se había estabilizado, pero resultó que comenzó a llover de nuevo y hacía frío, mas por suerte estábamos cobijados por unos grandes árboles. Pasamos un buen rato allí, sentados bebiendo, charlando y cantando mal. A eso de la una decidí irme con Toufik a la casa, y es que no me gustaba nada el tiempo que había y el frío no ayudaba. Los demás siguieron unos instantes en la plaza, aunque poco después observé que se fueron a la otra parada del tram (a la Línea A, yo estaba en la B). Y a las una y pico me encamé, aunque con cierta sensación de que, a pesar del tiempo, debería haberme quedado un rato más con el personal.

Otra cosita reseñable, según el Hombre Récord batimos el record de asistentes a una botellona en Burdeos... éramos diez.

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"Yo lo que necesito es una negra, es todo lo que necesito" Raúl (refiriéndose a una bola negra del juego Puzzle Bubble)

viernes, 15 de junio de 2007

La mudanza (o la triste separación) (Día 46 -14/06/2007-)

Nos levantamos algo más tarde de lo acostumbrado, sobre las ocho de la mañana, y es que ha sido día de mudanza. Por cierto, Carlos tardó mucho menos de lo acostumbrado en espabilarse.

Para desayunar fue necesario limpiar algunas cosas, ya que la noche anterior no nos paramos a fregar lo de la fiestecita.

Aprés del petit dejeuner cada uno fue haciendo los arreglos de última hora: que si el cepillo de dientes, una camisa perdida, etc... Antes de finalizar esta operación Salma me avisó a mí y también a Toufik diciendo que Mme. Dambrine vendría más temprano de lo estipulado (las 9:30 horas), por lo que debimos aligerar el paso.
Bajé con cierto trabajo el macuto, y en recepción se encontraba Toufik discutiendo con el recepcionista y con la compañía de nuestra "mamá" adoptiva (me presenté y ella también lo hizo... más o menos). La discusión era sobre una factura de teléfono que le querían encasquetar.

Nos despedimos temporalmente de Carlos y Sandra (que acababan de bajar, el primero estaba ayudando a la segunda), metimos como pudimos el equipaje en el Opel Corsa de la señora y nos dirigimos raudos y veloces a nuestra nueva maison. La casa está muy cerca del Jardin Public, que a su vez está a cinco minutos de la Quinconces, por lo que me viene bien para coger el tranvía y eso. Bueno, la casa es grande, muy grande, pero nuestra habitación es... cómo decirlo, no muy espaciosa y un tanto cálida (y quizás demasiado luminosa cuando sale el sol). Pongo unas fotillos para que le echéis un vistazo (Nota: se me han olvidado pasarlas, así que las pondré en otro momento).

Después de meter la ropa en el armario y eso, nos fuimos con Pepe a tomar algo (yo de paso me llevé la mochila para pillar el tranvía e ir a las prácticas). Decidieron que el sitio ideal era al lado del Gran Teatro, y allí nos quedamos un buen rato.

Tras el "hasta luego" cogí el tranvía y fui a las prácticas, aunque lo primero que hice fue comer con mis compañeros de almuerzo. Y una vez estuvo el estómago lleno regresé a mi despacho y proseguí con la Web (aunque antes quedé con Juan a las cinco y media para ir los dos a nuestros respectivos hogares -él vive cerca de donde yo ahora, al parecer-), pero cuando llegó la hora apareció tarde y me dijo que lo sentía pero que aún no había finalizado lo que estaba haciendo. El viaje en tranvía fue solitario y tranquilo.

Me perdí, sí, no encontraba la casa, y es que las calles son un tanto laberínticas, y tras un rato dando vueltas, y consultando el mapa pregunté a un hombre que me indicó dónde se encontraba. Otra cosa fue abrir la puerta, ésta no la abrimos con llave, sino con una clave, pero la introducía y no podía abrirla, y tuvo que hacerlo Mme. Dambrine desde dentro, y posteriormente me explicó cómo se hacía.

Subí a la habitación (está en la segunda planta, y se me ha olvidado decir que no tiene ventana... bueno, sí que tiene, pero está arriba y no se abre) y allí estaba Toufik. Tras un ratillo fuimos a la calle con la intención de ir al Meriadeck para que comprara éste algo, pero comenzó a llover a cantaros y nos tuvimos que refugiar entre un árbol y un edificio. Al final cogimos calle abajo para echar un vistazo, y Toufik compró en una tienda lo que buscaba. Ah, antes de salir conocimos a una inquilina de la casa, era un turca, y no recuerdo el nombre.

Cuando regresamos me duché y al poco bajamos para comer. La cena fue un tanto frugal, lo más fuerte fue el postre y porque me comí tres (un plátano, un pequeño níspero o similar y un yogur hecho por la señora -creo-). Conocimos durante esta a otro español, y a otra chavala francesa -creo- y a dos personas más (creo que la hija y el nieto de Mme. Dambrine).

Una vez finalizada la cena nos fuimos con Rocío y Pepe a dar una vuelta, ya que ésta había quedado con una compi del trabajo. Estuvimos hasta las doce en una cervecería o algo por el estilo; y tras ello volvimos al dulce e inexplorado hogar, donde repasé un par de crónicas y escribí esta misma. Y ahora mismo me acuesto, que ya son casi las una y media y hoy quería acostarme temprano -_-


PD: A Sandra también la recogían su familia adoptiva por la mañana, mientras que a Carlos y Salma era por la tarde. Ahora mismo no tengo noticias de ellos.

PD2: Os recomiendo que miréis los comentarios si queréis saber como le fue a Carlos.


NOTA IMPORTANTE: A partir de AYER la publicación de las entradas es más que probable no se produzcan a diario, ya sea por razones de accesibilidad a Internet o disponibilidad de tiempo. Espero que podáis perdonarme por ello.


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"¿Hacemos eso...? ¿Cómo se hacía? Que yo no me acuerdo" Sandra M.

Burdeos es Bordeaux, y la última noche en el hotel (Dia 45)

Me costó levantarme, lo reconozco, durante al menos cinco minutos estuve dudando si hacerlo, pero lo hice, ¡sí, señor! Carlos se podría decir que incluso se espabiló rápido. Cuando abrí la persiana, poco antes de comenzar a desayunar, pensé que esto era Burdeos, que no me cabía la menor duda, y es que llovía con determinación, para abajo y todo, después de tomar el petit dejeuner se lo estuve comentando a Sandra, y ella asintió.

La jornada "practical", como suele pasar, fue fructífera, pero el final de ésta se me hizo pesado, ya que estaba cansado y me entró sueño. Ah, Schatz y Sébastien me visitaron y les gustó lo que he realizado hasta ahora.

Durante el almuerzo tuvimos una conversación interesante, el asunto era sobre insultos internacionales. Hablamos sobre los insultos franceses, argentinos y españoles, y no sé si también alguno hindú cayó en la lista; fue instructivo (y toda la plática fue en español, francés e inglés).

Una vez terminada la jornada, Carlos y yo nos fuimos a hacer algunas compras para la fiesta-cena que se va a realizar esta noche, compramos vino para los alcohólicos y también algún que otro refresco. Por cierto, no nos cruzamos con Sandra en el tranvía, creo que fue de compras por su cuenta, sin avisar a nadie.

Ya en el hotel actualicé el blog tras una ducha relajante, bueno, actualicé hasta donde me dejó Internet, ya que la conexión no tardó en marcharse de vacaciones y me quedé con las ganas de publicar la entrada del martes.

Ah, la cena-fiesta de esta noche se debe a que esta es nuestra última noche en el hotel. En un principio teníamos planeado hacerla en la habitación de las niñas, ya que tienen balcón y de esta forma los fumadores no tienen porque apelotonarse en la ventana y yo no tengo que echarlos si se les ocurre fumar lejos de ella, mas Salma se ve que no tiene muchas ganas de fiesta, pues se ha negado a que sea celebrada allí.

Y celebramos la cena en nuestra habitación, la 182. Yo hice un par de tortillas, Toufik un montón de pasta y Rocío se trajo (además de a su amigo Pepe) otra tantas cosas. Estuvimos hasta la una, y nos dimos una pechá de comer y pasamos un buen rato.

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"Vosotros si queréis hacerlo lo hacéis, yo por mí no..." Sandra M.

Visita al muséo de Aquitania, y una cena romántica (Día 44)

El martes por la mañana no fue una excepción, o sea, que no cambió nada en absoluto: Carlos se despertó y levantó tarde, Sandra apareció a la misma hora de siempre, y desayunamos sin prisas, con toda la calma del mundo. Pero eso, como siempre, no evitó que llegáramos a tiempo a las prácticas.

La jornada laboral, para mí, fue bastante fructífera, ya que avancé notablemente en la re-realización del sitio Web, y a eso le sumamos que Schatz me pasó casi todo el material que faltaba para la realización de éste, lo cierto es que el día pasó rápido, y el solecito reinante ayudó a ello.

A Carlos le llamó su jefe por teléfono (en una llamada internacional) para decirle directamente que le había asignado otra tarea (saltando de este modo al jefe de departamento)... y en estos momentos me parece que tiene sobrecarga de trabajo.

Respecto a Sandra, nuestra querida femme fatale, se topó con el chavalito negro que se le presentó en el famoso almuerzo y le pidió salir... Pero ella se negó a pesar de la insistencia de éste.

Tras el curro, nos compramos un dulcecito en Hotel de Ville y nos dirigimos al Musée de Aquitaine, donde nos dieron una visita privada a una exposición de pintura haitiana inspirada en el vudú, lo cierto es que estuvo muy interesante, las pinturas eran tremendamente coloridas y llamativas (al menos algunas de ellas), y el que explicaba era un tipo agradable y hablaba un perfecto francés, a eso hay que sumarle que se enrollaba bastante, y que no estábamos sentados precisamente, y que veníamos de una jornada de trabajo de ocho horas. O sea, que no éramos pocos los que pensábamos que hubiera sido más correcto realizar dicha visita un fin de semana.

Una vez recorrimos las tres salas que tenía la exposición, yo tiré para el hotel, mientras que el resto fueron a tomarse un aperitivo, que fuimos todos invitados a ello, que consistió en tres vasitos de vino y canapés... y en tres euros. Y es que el personal no piensa, desde luego que fuimos invitados a tomar un aperitivo, pero eso no quería decir que no tuvieran que pagarlo, en la invitación no ponía nada de que el aperitivo en sí fuera gratis, sólo invitaba al personal a que fuera a tomárselo.

Sandra llegó antes que Carlos (que se quedó con Toufik y los demás en una "pizzería-kebaría"), pues no se encontraba del todo bien. Apareció con la intención de comenzar a hacer la cena, pero me pilló en el justo momento en el que me iba a meter en la ducha, por lo que decidió esperar y ducharse de paso ella también (en la ducha de su habitación, que seguro que más de uno ha pensado cosas malas).

Una vez nos aseamos procedimos a cocinar. La cena fue sencillita, filetes empanados y puré de patatas, pero fue la mar de romántica, ya que como teníamos una velita allí la puse en la mesa y la encendí en el momento en el que Sandra hablaba con su madre por teléfono, bueno, y la cena nos supo genial, estaba muy buena, y la luz de la vela enterneció nuestros corazones y... y después fregamos romántica y metafóricamente los platos.

Al poco de que acabáramos de manger, ya incluso se había ido Sandra a su habitación a soñar con los angelitos, Carlos hizo una espectacular aparición. Al poco de este suceso bajamos con la intención (al menos yo), de actualizar el blog, pero aunque había conexión de red no había Internet. Por lo que nos subimos cabizbajos a nuestra estancia. Como viene siendo habitual nos acostamos tarde, y esta vez fui yo el que lo hizo aprés.

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"¿Dónde lo metí yo el plátano?" Raúl

miércoles, 13 de junio de 2007

Suculenta cena, día tranquilo (Día 43 -11/06/2007-)

Para no-sorpresa del respetable a Carlos le costó despertarse, Sandra llegó sobre menos veinte y yo me desperté a las siete y dieciocho minutos, y preparé las cosas para el petit dejeuner.

El día laboral fue bueno, a pesar que mi tutor, otra vez, me pidió que rehiciera el sitio Web (y ya van cuatro), pero en esta ocasión incluso me ha dado el diseño que quería que le hiciera, por lo que me facilita de este modo enormemente el trabajo.

Respecto a Carlitos, lo más destacado es que su jefe le llamó personalmente a su despacho para decirle que hiciera unas modificaciones en una base de datos.

Después del trabajo fuimos directamente a hacer una compra, pero no estábamos todos, ya que Salma y Sandra se fueron de tiendas por la zona de la catedral de Saint Andre, mientras que nuestros pasos (los de Carlos y los míos) nos llevaron hasta el Auchan, donde nos avituallamos con todo lo necesario para poder sobrevivir los tres días que nos queda(ba)n en el hotel.

En cuanto llegamos al hotel, Carlos se puso a cortar la carne que compramos (gracias al tío de éste, que nos ha invitado) y yo posteriormente la aliñé con ajo, persil y aceitito de oliva. Para acompañar a la carne hice arroz con fideos, y cenamos los cuatro juntos de nuevo hasta casi reventar (gracias, tío de Carlos :-).

Después de comer me puse a actualizar el blog como un loco, y subí las entradas que tanto parecen haber gustado. Tanto mi compañero como yo nos acostamos tarde (el primero aún más tarde).



Nota: La entrevista en estos momentos es una seria duda, ya que apenas tenemos tiempo, pero Javi puede quedarse tranquilo, ya que sus preguntas no caerán en el olvido, y si no es esta semana será la siguiente cuando tengan respuestas.