jueves, 31 de mayo de 2007

Un día correcto (Día 31 -30/05/2007-)

En esta ocasión puse el despertador a las siete y cuarto, pues me he dado cuenta de que levantándome a dicha hora tengo tiempo de sobra para hacer todo lo que debo hacer. En esta ocasión no os contaré que a Carlos le costó muy mucho levantarse, y tampoco diré que hice los pertinentes preparativos para desayunar, además no comentaré que Sandra apareció a las siete y cuarenta y tres. No voy a decir nada de eso, así que ya lo sabéis.

El día de hoy ha sido un tanto irregular en las prácticas, ya que he tenido momentos en los que no he parado de hacer cosas y otros en los que me he aburrido como una ostra (pero en ningún momento me ha llegado el sopor de días anteriores), pero en su conjunto yo diría que ha sido satisfactorio. Por le matin he logrado hacer un menú emergente que funciona correctamente, pero continúo con el problema que no furulaba en todos los navegadores, además busqué información en Internet sobre dichos menús, gracias a las direcciones que me pasó Pedro (para quien no lo sepa es uno de nuestros profesores) a través de un correo electrónico. Por la tarde más de lo mismo, hasta que apareció por fin mi tutor (había ido a buscarlo a su despacho en un par de ocasiones, y en la segunda lo encontré y me indicó que ya iría a verme); lo hizo con Juan, que como en otra ocasión realizó la función de intérprete (aunque que conste que yo entendía muchas cosas), bueno, y me explicó lo que quería, lo que le gustaba (de la Web -_-) y lo que no, y lo cierto es que me dio mucho trabajo, aunque me lo podía haber dado antes (apareció sobre las tres y media, y cuando terminó las explicaciones era demasiado tarde para aprovechar realmente el tiempo).

Yendo un poco atrás en el tiempo, justamente a la hora del almuerzo, decir que en esta ocasión no nos acompañó el hindú, pero sí el argentino; fue éste mismo quien nos explicó que los griegos cuando inclinan la cabeza a la izquierda quieren decir que no, mientras que si arquean las cejas están afirmando... a mí eso me dejó la mar de sorprendido, pensé que los griegos son muy raros. Por cierto, éste sabe ese detalle porque estuvo haciendo unas prácticas en dicho país.

Respecto a Carlos, pues el chaval hoy ha trabajado lo que no hizo ayer, por lo que me ha dicho no ha parado en todo el día... po mu bien.

A la hora de la vuelta hicimos turismo por accidente, y es que al parar en Hotel de Ville Carlos iba a ir a comprar una tarjeta telefónica y le acompañamos como buenos compañeros, entonces comprobamos que la catedral estaba abierta, por lo que entramos en ella al realizar el susodicho individuo su compra. Desde luego es muy bonita Saint Andreu, realmente bella, el altísimo techo, las preciosas vidrieras cargadas de detalles, el espectacular órgano o el grandísimo reloj son sólo algunos ejemplos. Otro día con más tiempo pensamos visitarla y echar algunas fotos, que de verdad merece la pena verla.

Tras la visita nos dirigimos directamente al hotel, donde cada cual hizo lo que le apeteció, o le permitió el cansancio, y esta noche probablemente comamos sopa de verduras y nos acostaremos (o eso pienso yo) lo más temprano posible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola a tod@s: Acabo de entrar en la pagina y me he fijado que soy la visita 999. Espero que me toque la chochona o el perrito piloto cuando vaya a la feria y a vosotros enhorabuena por este blog que miro todas las tardes cuando vuelvo del curro, espero que pronto lleguemos a 9999. Besitos.