La despedida (Día 23)

El pesado del despertador sonó a las siete. No quería levantarme (Carlos todavía menos), pero lo hice. Una vez ya estaba calentita la leche y la mesa puesta (soy yo el que lo hace siempre) tocaba esperar un poco a Sandra, que se suele hacer esperar.

Tras el nutritivo desayuno partimos los tres hacia el tranvía (Salma sale un peu antes) con somnolientas caras... y como siempre Sandra nos dejó en la parada Forum, y Carlos y yo nos apeamos en Doyen Brus y, posteriormente a que mi camarade se fumara un pitillo, cada uno cogió por su lado.

Ya en el despacho me topé con que seguía sin tener la dichosa contraseña del ordenador, por lo que como todavía estaba allí la torre "vieja" hice uso de ella mientras venían a recogerla. No tardaron en hacerlo, por lo que tuve que despedirme con lágrimas en los ojos de ella, y después esperé un poco a ver si aparecía mi tutor para solucionar el problema. Mas como no lo hizo, y además me estaba quedando dormido, fui a su despacho para pedirle soluciones; mas estaba hablando por teléfono, por lo que Sebastien me pidió que subiera, que Schatz iría para arriba en cinco minutos.

Los minutos franceses deben ser más largos que los españoles, pero al menos sí que llegó mon tuteur. Pero no podía hacer nada, y me dijo que la cosa se solucionaría "aprés midi" (eso o que me fuera después de comer, no sé). Sin embargo el milagro se obró y al poco regresó de nuevo diciéndome que le acompañara, y no andamos mucho, puesto que justo al lado de donde trabajo duro había un, esta vez sí, viejo equipo que funcionaba, por lo que le dije que lo quería (mejor eso que estar arrascándome mis partes todo el día, pensé). Coloqué pues el ordenador en mi mesa y bajé a por un carrito para dejar el otro equipo en su lugar de origen. De camino de vuelta con el carrito vi a Carlos echándose un cigarrillo, así que aparqué el vehículo a un lado y charlé con él unos minutillos; tras ello proseguí hacía mi destino y no tardé en bajar el ordenata a su correspondiente aula.

Luego (ya eran las doce y media pasadas), me fui a comer; carne en salsa, aunque al parecer antes había habido lasaña y ya se había agotado...

La jornada de tarde transcurrió mucho mejor que la matutina, pues apenas di alguna cabezada (cuando la di fue porque el nuevo equipo que tengo es muyyyy lento). Instalé el Dreamweaver, y me puse a experimentar un nuevo diseño para la Web, el resultado no estaba mal, pero aún no es plenamente satisfactorio.

A la salida de las prácticas esperé unos momentos a Carlos y fuimos raudos a por el tranvía, en esta ocasión, por cierto, Sandra también pilló el mismo, por lo que estuvimos bien acompañados.

Nos dirigimos directamente al hotel, puesto que teníamos que hacer una colada de emergencia Carlos y quien escribe. Aunque esta vez no nos dirigimos a la de la otra ocasión, sino a una que supuestamente estaba cerca, y lo cierto es que está más cerca, pero para mí que es más cómodo coger el tranvía e ir a la otra, ya que la de hoy está en un lugar que no tiene nada para visitar, y además te asfixias dentro... los precios son más o menos los mismos.

Tras el lavado y un respiro, Carlos se encargó de cocinar, hizo ensalada de pasta a parte de la "lactonesa" (que al parecer es su auténtico nombre). Como ya es tradición nos pasamos con la cantidad, pero algo menos que en otras ocasiones.

PD: Cuando a todos mis compañeros les dé por responder a las preguntas, pondré la nueva entrevista.