El turista solitario (Día 13)

A las diez sonó el despertador, me levanté, me vestí y esperé a Sandra con pacencia, ya que habíamos quedado en levantarnos a dicha hora para ir a correos... no apareció hasta media hora después (es que sois lentas las mujeres -_-). Y por supuesto fuimos a correos donde hicimos lo que debíamos hacer y después compramos pan ya que estábamos. Cuando regresamos al hotel Carlos y Salma ya estaban desayunados, por lo que nos pillamos un zumito y algunas cosillas e hicimos lo propio. Posteriormente nos dirigimos al Meriadeck (Sandra y yo, Salma se quedó preparando el almuerzo -empezó temprano, sí-), y después fuimos a la Victoire (la plaza de la tortuga) donde, por lo que nos informó Carlos por una llamada, había un mercadillo, una especie de gitano (para que los de Puerto Real me entiendan), aunque allí también estaba el mercado propiamente dicho, donde había pescado a buen precio entre otras cosas. Tras dar un par de voltios por allí nos fuimos con mucha hambre, ya que nos topamos con cosas muy ricas que nos abrió el apetito (quesos, sabrosos olores a sopa y churros, etc.). Cuando llegamos al hotel ambas habitaciones (la de Sandra y la mía) estaban cerradas, por lo que suposimos que Salma y Carlos habían ido a algún sitio, pero las llaves tampoco estaban en recepción, por lo que subimos a la habitación 156 (de unos compañeros) y allí estaba Carlos y Salma se acababa de ir. Al fin al dirigirnos a la 182 ya estaba abierta, con Salma apartándose un plato para yantar (espaguetis con zanahorias y curcuma), y nosotros seguimos sus pasos -Carlos comió más tarde-.

Tras almorzar cada uno dedicó su tiempo a actividades diversas, como conectarse y fregar los platos (me tocó). Ya más tarde, y como veía que el personal estaba enganchado, decidí ir por mi cuenta a dar un paseo, primero me pasé por una librería de cómics, donde se me pusieron los dientes largos al ver taaaaanto material y tras ello fui a la Quinconces, donde realicé varias fotos a una fuente realmente bonita, y de la que pongo alguna para que la podáis ver. Posteriormente me dirigí al Jardin Public, un gran jardín con su río y todo donde la gente va a pasear, jugar con la pelota, leer, correr, echarle migas de pan a las palomas, los ánades o los cisnes, o simplemente tumbarse en el césped mientras toman el sol. En el recinto del jardín también hay un museo y un pequeño jardín botánico (al que no creo que vaya a ir más, ya que me puse fatal con la nariz por culpa del dichoso polen). Una vez me cansé del paseo, volví a la Quinconces donde esperé a que llegara el tranvía para después, tras pillar otro tranvía, regresar al hotel.

Por la noche íbamos a hacer turismo, y es que toda la zona del río cuando cae el sol es trés belle, pero no pudo ser. Las chicas sin embargo se quedaron a ver eurocaca, perdón, Eurovisión (que al final me lo tragué también yo entero, excepto las votaciones -_-).

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"Yo puedo hacer lo que quiero hacer mientras lo pueda hacer, si las circunstancias cambian no lo podré hacer" Salma