Feire ou non feire, celui-là est la question (Día 29)

Hoy, lunes veintiocho de mayo, es fiesta aquí en Burdeos, pero no se trata de una fiesta normal y corriente como las que conocemos en España, sino que aquí cada uno va al tajo si le place... O al menos ése es nuestro caso, ya que al preguntar a mí tutor si hoy debía de ir a las prácticas él me respondió que si quería pues sí, pero que en caso contrario no lo hiciera. Y yo, como buen ciudadano, no he ido ¡¡kia kia kia!!

A las once me despegué las sábanas, pero fui bueno y dejé a Carlitos acostadito y dormidito (y luego se queja que lo despierto por las mañanas "to temprano"). Lo segundo o tercero que hice fue ponerme a freír una barra de pan dura que había, y a su vez puse en la bañera un pantalón en remojo para limpiarlo un poco.

Sobre las doce apareció Sandra, que muy alegre y contenta me agradeció efusivamente el detalle de que estuviera haciendo pan frito, yo le dije que eran diez mil (qué va hombre, no se lo dije). Poco antes de terminar de preparar el desayuno, Carlos se despertó oficialmente, aunque todavía tardaría unos minutos en espabilarse (extraoficialmente). Los tres, entonces, nos pusimos a comer pan... que pechá.

Después de ello no hicimos nada en especial, de hecho en el día de hoy apenas hemos hecho nada, pero reseñar que bajamos para conectarnos Sandra y yo, en mi caso con la intención de actualizar el blog con la entrada correspondiente al sábado y otra más especial con algunas terroríficas fotos, más esta última al menos no pudo ser en aquel momento al no ir muy bien Internet; y en el caso de Sandra no sé con que fines malévolos lo haría... Mientras nosotros estábamos enchufados, Carlos y Salma habían salido a comprar al Meriadeck, donde además de comprar también probaron todos los perfumes femeninos que pillaron, y cuando regresaron apestaban que no veas...

Antes de que regresaran nuestros compañeros de realizar las comprar, Sandra et moi subimos para comenzar a cocinar el almuerzo. Éste consistió en arroz hecho en la salsa que nos sobró de la carne con tomate del sábado, y lo cierto es que no estaba mal del todo (yo fui el chef de nuevo... que se sepa -_-). Tras tener los estómagos llenos, Salma bajó a enchufarse, mientras que el resto nos quedamos arriba. Por mi parte, tras el fregado, intenté hacer algo del proyecto, aunque al final más bien me limité a documentarme sobre cómo debería hacer lo que quería hacer, preguntando para ello a mi compañera Sandra en alguna ocasión. Por la parte de Carlos y Sandra realizaron diversas actividades, entre ellas cantar... el día se puso más nuboso y lluvioso de lo que estaba.

Ya más tarde aparecieron Rocío y Paco de improviso, con la proposición de ir a un cine de Merignac, que es barato (tres euros la entrada a partir de una determinada hora). A mí en un principio no me atraía la idea, pero cuando dijeron que iban a ver Spiderman cambié de opinión, mas cuando comprobamos que dicho filme sólo lo echaban por las mañanas decidí no ir, pues la otra opción era Piratas del Caribe, y en parte por sus diálogos y en parte por su longitud decidí que mejor no iba. Al final fueron (hace un rato de hecho que han ido) Toufik, Carlos, Rocío y Paco (sí que fueron, pero pronto volvieron, ya que el cine resultaba que estaba en la quinta puñeta y no es que hubiera muchos transportes); Salma, Sandra y el que escribe preferimos quedarnos en el dulce hogar.