El último día de curso (Día 12)

Con retraso por problemas "técnicos" pongo la entrada correspondiente al viernes, y es que ayer por la noche no había conexión (Carlos sospecha que el culpable es el "hijo de su madre" -en realidad dijo otra cosa- del recepcionista de los sábados, que nos apaga las luces para que nos marchemos y que como eso no da resultado ya habrá pasado a la segunda fase).

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Por suerte el curso, a pesar de ser por la mañana, no comenzaba hasta las diez, por lo que hemos tenido una horita más para dormir; aún así, Carlos no quería levantarse y tardó lo suyo en hacerlo, aunque las niñas tampoco se quedaron muy atrás. Una vez que Carlitos se espabiló pusimos la mesa (literalmente, la metemos entre las dos camas que hacen la función de silla), y ya después fuimos colocando las cosas para desayunar sobre ella, Sandra y Salma creo que llegaron cuando todo estaba colocado... y encima después se fueron rápidamente abajo (ya que parecía que el tiempo apremiaba -eran las nueve-) sin recoger nada, lo que conllevó que les echara una regañina para que fueran aprendiendo.

Al parecer no había tanta prisa, ya que estuvimos esperando media hora hasta que aparecieron los últimos compañeros que quedaban por llegar; y todos nos fuimos al tranvía tranquilamente, llegamos con puntualidad.

Tan sólo fueron dos horas de curso, sin nada especial que contar salvo que se trataban de las dos últimas clases propiamente dichas, ya que antes de marcharnos (a España) nos examinarán y puntuarán nuestro nivel, y así podremos compararlo con el examen inicial que hicimos y espero comprobar que en todo el tiempo que vamos a estar mejoremos sustancialmente. Otra noticia importante del día fue que nuestros compañeros forestales ya tienen (tras mucha espera) un lugar donde realizar las prácticas, aunque se trata de un pueblo a veinte o treinta kilómetros de Burdeos, por lo que nos vamos a quedar un poco más solos, y la verdad es que son muy buena gente; en todo caso espero que les vaya bien. Aún quedan dos compañeros que no tienen empresas para realizar las prácticas.

Después del curso y de una espera de sustancial duración (charlando con una chavala de Ubrique que está realizando las prácticas en el propio Insup) a Salma, que estaba liada con papeleo, nos fuimos directamente al hotel, pillando el consabido autobús y el correspondiente tranvía (aunque éste último Salma prefirió no cogerlo por alguna indescifrable razón). Nada más llegar al hotel nos pusimos a hacer el almuerzo, que consistió en filetes de pavo (cortados por las manos expertas de Carlos y cocinados por un chef de fama mundial), aliñados con especias y ajo, con salsa de tomate (hecha por Sandra); el resultado fue plenamente satisfactorio en ambos casos, o sea, que estaba de rechupete. Por cierto, por aclamación popular le tocó fregar a Carlos y barrer a Salma.

Con la barriga llena nos dedicamos a diversas actividades, Sandra y Carlos se conectaron, Salma no tengo ni idea -o no lo recuerdo- y yo me puse con el proyecto hasta bien entrada la tarde, que fue cuando bajé a actualizar el blog y Carlos en esos momentos (que había subido ya a la habitación) se puso a fregar.

Para la cena nos hicimos cuatro filetes de pollos empanados que quedaban del día anterior y un huevo frito para cada uno (para Sandra y Carlos con cebollas), yo fui de nuevo el chef, y creo que el resultado fue una vez más satisfactorio. Salma comió a parte un buen puñado de hierba (o sea, ensalada).

PD: Han llegado a mis oídos ciertos rumores que espero dejar clara su falsedad con esta aclaración. Y es que al parecer buena parte del personal quiere emparejarnos a Sandra y a quien escribe estas líneas, cuando dicha relación es una ficción creada por la imaginación de unos cuantos. Sandra es una buena amiga con la que me llevo fenomenal y con la que he estudiado mucho (y viceversa), y ni ahora ni en el pasado ha existido algún tipo de relación entre nosotros a parte de una buena amistad.